Geoingeniería, modificación climática, peligro fumigaciones!!!

Sostenibilidad

La presidenta regional aclara que su propuesta no consiste en robar las nubes a otras provincias, sino en aprovechar las que se forman en un punto de la Sierra de Guadarrama. Aguirre tuvo conocimiento de este proyecto durante un viaje a Israel en 2006.

Agencias | 23/04/2012

ejemplo de lo que es una estación seca. Hasta ahora la que menos cantidad de precipitación ha acumulado desde que existen registros hace medio siglo. En concreto, en Madrid, de diciembre a marzo apenas se han contado días de precipitación. Mucho menos de nieve. Las reservas están muy por debajo de los valores de años anteriores y las lluvias intermitentes de la primavera tampoco aseguran que tras un verano seco lleguemos al próximo otoño en las mejores condiciones.

Pero, la presidenta Aguirre baraja desde hace tiempo un proyecto del que tuvo conocimiento durante un viaje que realizó a Israel, una experiencia que conseguía hacer descargar la lluvia que amagaba con caer pero finalmente se resistía. Este fenómeno es habitual en días de tormenta en Madrid, sobre todo en el área de la Sierra, limítrofe con las provincias de Segovia y Ávila. En esta zona, en las cumbres de Guadarrama, sobre los 2.200 metros, donde a menudo quedan retenidas las nubes sin llegar a atravesar la región. Se trata de un fenómeno conocido y habitual que se explica por la propia orografía del terreno y en función de la dirección de los vientos, generalmente cuando soplan de Norte.

Desde el Canal de Isabel, Francisco Cubillo, subdirector de I+D+i, explicaba para El País este pasado fin de semana la consecuencia de las nubes que alcanzan la Sierra de Guadarrama arrastradas por vientos de Norte o Norte-Noroeste, nubosidad que choca contra la Sierra, pero no siempre descarga. La Comunidad de Madrid pretendería en un hipotético proyecto que esas nubes cargadas con precipitación acabaran descargando sobre un punto exacto, tanto en forma de agua como de nieve. Sería ideal para asegurar las reservas en la época del deshielo, siempre que se pudiera conducir hasta los embalses.

En el argumento de la presidenta regional, respaldada por el Canal de Isabel, defienden que las nubes caen en el ámbito de la región, ya que traspasan la frontera montañosa pero necesitan un estímulo para precipitar. Yoduro de plata u otras sustancias similares, que fueran inocuas, son las más idóneas para acelerar o provocar este proceso. De este modo, se salvarían inviernos catastróficos como el pasado. De hecho, el Gobierno regional, según recoge El País, firmó un contrato con la empresa alemana Radiometer Physics el pasado mes de febrero para explotar esta posibilidad de estimular las nubes. La cuantía del contrato es de 118.500 euros.

Esta exploración no es nueva y se estudian desde hace tiempo (2009) las posibilidades de explotar las nubes en la Sierra norte de la región para alimentar los recursos hídricos aunque las organizaciones ecologistas dudan porque desconocen el alcance del empleo del yoduro de plata u otras sustancias. Ante todo, las plataformas ‘verdes’ defienden que la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente y los procesos naturales merecen el máximo respeto, sobre todo cuando está comprobado que la eficacia no es del cien por cien en el control de la lluvia que planea sel Gobierno regional.

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